Las manifestaciones clínicas pueden variar dependiendo de las distintas formas que adopte la enfermedad. Generalmente el periodo de incubación de la rabia suele ser de uno a tres meses aunque cabe la posibilidad de que oscile entre menos de una semana y más de un año, esto dependerá siempre del punto infectado y la carga vírica.
Entre los síntomas más comunes destacan:
Hinchazón o enrojecimiento.
Dolor de cabeza.
Fiebre.
Malestar en general.
Náuseas.
Normalmente entre las primeras manifestaciones se encuentra la fiebre.
De entre las diferentes formas que puede tomar la enfermedad, la rabia furiosa, puede presentar signos de hiperactividad, excitación e incluso a veces aerofobia, y puede llegar a producirse la muerte a los días por paro cardiorrespiratorio.
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